mardi 5 mai 2009

Evo in Paris: de la coca al litio










17 febrero de 2009, Plaza de la Concordia.







Qué tienen que ver los Evo Morales, con los clandestinos, con Cuba, con la ecología, con Chávez, con la paz en el mundo? No mucho, pero el asunto es que los manifestantes a la “cita solidaria” con el presidente boliviano del 17 de febrero en la Place de la Concorde estuvo marcada por la diversidad de público, banderas y discursos dedicados a esos personaje e ideas. Una identificación con este mandatario que no vino especialmente a un peregrinaje de sus pensamientos; de hecho, evitó hablar de estos temas con su colega


francés Nicolas Sarkozy, como la política de la Unión Europea con los indocumentados. De hecho uno de sus principales motivos de este viaje a Europa fue el de reunirse con los rusos para un proyecto nuevo de cooperación antidrogas y energético. A Francia vino a buscar socios para que exploten el Litio. Bolivia es en estos momentos la Arabia Saudita de este metal blando, clave para la fabricación de baterías para autos eléctricos. Si Bolivia logra cambiar siglos de explotación extranjera (sin cortar ni un mango) con un porcentaje mayor de estos ingresos se transformaría en una potencia regional. O si somos realistas, esto ayudaría a disminuir la pobreza.




Gracias a esta visita, la empresa francesa Bolloré en Vaucresson (Hauts-de-Seine), se comprometió "en la investigación, en la exploración, en la explotación y la industrialización" del litio que hay en la salmuera del salar de Uyuni. Asimismo, el presidente Morales se enorgulleció en manejar un automóvil con batería de litio y dijo esperar que se fabriquen en Bolivia, pero reconoció que no firmó "ningún compromiso escrito" con Bolloré, a la que le enviará por escrito sus propuestas.


Evo : la rock star en la Concorde














Lo cierto es que pocos presientes (al menos) en América Latina son capaces de expulsar al embajador de Estados Unidos como ocurrió en septiembre de 2008 cuando el representante diplomático Philip Goldberg fue declarado persona non grata tras ser acusado de alentar la ola de protestas en contra del gobierno.

Para Evo “el agua, la electricidad y el teléfono deben ser administrados por el servicio público, por que son derechos del hombre”, dijo en el anfiteatro de Sciences Po.

Por ello Morales declaró que la empresa la estatal Comibol se encargue de la explotación del litio y que con esto se genere la máxima cantidad de empleos para Bolivia. La idea es buena, esperemos que se concrete, aunque sea a medias.






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El Che, la peli


de Steven Soderbergh



por Juan Cristóbal Dintrans (publicado en febrero 2009 en Expresión Latina, Paris)



Parte I, l’argentin, en salas desde el 7 de enero
Parte II, Guerrilla en salas desde el 28 de enero




Actores: Benicio Del Toro, Demian Bichir, Santiago Cabrera, Elvira Minguez, Jorge Perugorria.

No es fácil separar el personaje, de la película. Fue complicado con Maradona de Emir Kusturica (2008), donde dos personajes incontestables aderezan un film que es un desorden, un delirio. Con este nuevo film pasa algo parecido. El Che de Soderbergh, es mucho más ordenado, pero también, tiene que luchar con la imagen de decenas de biografías, reportajes y documentales sobre el guerrillero. Lamentablemente no logra superar la conmoción, la trascendencia y el rigor histórico de al menos dos documentales: “Ernesto Che Guevara, le Journal de Bolivie”, del documentalista suizo Richard Dindo (1994), y de Ernesto Guevara, enquête sur un homme de légende” del francés Maurice Dugowson (1997).

De este modo, en los dos capítulos del Che de Soderbergh la figura del personaje es elevada por los cielos casi sin filtros. Un lugar que ya tiene reservado desde su muerte y por eso es difícil tratar de alcanzar algo que ya está alto, casi inalcanzable. Porque es mucho más fácil inventar un héroe de la nada que defienda a los buenos y mate a los malos. Quizás esa valentía es uno de los mayores méritos de este film.

Al mismo tiempo hay que recalcar que hay bellas imágenes y una excelente interpretación del actor puertorriqueño Benicio del Toro; que comienza con acento argentino y termina con acento cubano. Seis años preparó este personaje del que le significo un premio Cannes por su interpretación masculina y recientemente (el 2 de febrero pasado) otro Goya, por el mismo rol.

El primer film, L’argentin, comienza con la escena en donde se conocen Fidel y Guevara en México de 1955. Ahí es cuando preparan el golpe de estado del dictador Fulgencio Batista. Más tarde, aparecen todas las peripecias del grupo de guerrilleros para tomar el poder de Cuba: combates, lecciones de honor y muchas balas.


En el segundo film, Guerrilla, Soderbergh narra como Guevara vivió sus últimos meses de vida en la selva boliviana (noviembre de 1966 a octubre de 1967). Abandonado a la suerte que todos conocen.

Porque si bien una película tiene mucho más libertad que un documental. Al basarse en un personaje que existió realmente, pierde mucha libertad de acción. Por ejemplo habría sido imposible haberlo hecho ganar la aventura boliviana y que el país, la región se levantaran en contra del capitalismo o el imperialismo cambiando la historia. Las comparaciones, (que son siempre odiosas) surgen sin que uno quiera llamarlas.

Por ello es que si quiere absolutamente ir a ver estas dos películas, es recomendable abstraerse de pensar en un ver film histórico-didáctico, porque hay muy poca contextualización; asimismo, si usted ama ciegamente el personaje, todos estos detalles no le importarán y saldrá dos veces contento de la sala.

Si por el contrario, usted duda, mejor espere sin prisa que salga en DVD o en la televisión y por mientras, vea otra película de la cartelera, ya que este mes de febrero se viene bastante productivo en lo que es cine.